El 24 de diciembre, AES Andes, subsidiaria de la empresa eléctrica estadounidense AES Corporation, presentó, para la evaluación de su impacto ambiental, el proyecto de un inmenso complejo industrial (Inna). Este complejo amenaza los cielos prístinos sobre el Observatorio Paranal de ESO, en el desierto de Atacama, en Chile, el más oscuro de todos los observatorios astronómicos del mundo [1]. Está previsto que el megaproyecto industrial se ubique a tan sólo entre 5 y 11 kilómetros de los telescopios de Paranal, lo que causaría daños irreparables a las observaciones astronómicas, en particular debido a la contaminación lumínica emitida durante toda la vida operativa del proyecto. La reubicación del complejo salvaría uno de los últimos cielos oscuros y verdaderamente prístinos de la Tierra.