Un equipo de astrónomos, utilizando el Telescopio Gemini Norte, la mitad boreal del Observatorio Internacional Gemini, financiado en parte por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos y operado por NOIRLab de NSF, detectó el Jet más grande jamás observado del Universo temprano. Históricamente, este tipo de Jets han permanecido ocultos en el Universo distante. Gracias a estas observaciones, los astrónomos disponen de nuevos y valiosos datos sobre cuándo se formaron los primeros Jets en el Universo y cómo influyeron en la evolución de las galaxias.
